Fíjese, debajo de todo ese spuzzo, hay unos ravioles muy felices y contentos de compartir el plato con semejante salsa.
Desde que se inventaron las fábricas de pastas artesanales, amasar fideos y pastas rellenas se volvió un pérdida de tiempo, así que dese una vueltita por su fábrica de pastas amiga, y cuando llegue a su casa, hierva agua con sal y un poquito de aceite, eche las pastas adentro durante cinco minutos, cuele, ponga un poco de salsa en el fondo de la fuente, la pasta arriba, corone con el resto de la salsa, y a disfrutar.
Ahhh ¿cómo se hace la salsa? ya le cuento: empiece poniendo música, luego lávese las manos, no sea sucio. Ahora sí, pique y rehogue en manteca durante 20 minutos a fuego medio, una cebolla mediana, tres cebollas de verdeo, un morrón verde y dos fetas de jamón cocido. Revuelva periódicamente.
Suba el volumen de la música y sírvase algo para tomar.
Pique 3/4 kg de tomates perita en cubitos pequeños y échelo en la cacerola. Agregue una cucharada de azúcar para quitarle la acidez al tomate, y sal y pimienta a gusto. También puede agregar un pellizco de romero. Revuelva cada cinco minutos, hasta que el tomate se deshaga.
Agregue 200 cm3 de crema de leche y baje la llama a mínimo. Cocine durante diez minutos, y una vez apagado el fuego, agregue un puñadito de verdeo picado.
Listo, ya tiene una riquísima salsa scarparo para acompañar esas pastas. Sírvalo como mas le guste y éntrele con ganas.